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domingo, 20 de mayo de 2012

Y vos, qué tan popular sos?


     En un mundo bombardeado constantemente por la publicidad y víctima del consumismo, es difícil a veces darse cuenta de las cosas realmente importantes que tenemos a nuestro alrededor. Cosas sencillas o incluso pequeños milagros que suceden día a día, que dejamos pasar debido a lo apresurados que andamos por el mundo.

     En estos últimos días, he retornado nuevamente al mundo de las redes sociales de manera temporal, sólo para darme cuenta de lo agobiante que resulta formar parte habitual de ese entorno. Uno va notando las prioridades de las personas, qué es lo que consideran realmente importante en sus vidas; va dándose cuenta de como ellas mismas se dejan al descubierto, como se va perdiendo la privacidad tanto propia como ajena, como cada vez nos vamos volviendo más superficiales y menos trascendentales, menos profundos; más predecibles y manejables por una sociedad de consumo dispuesta a arrebatarte hasta el último ápice de dignidad sin ningún tipo de compasión para seguir llenando sus bolsillos a costa de la ignorancia de la gente.

     Vemos personas que miden su nivel de "importancia" por la cantidad de seguidores en el Twitter o "Likes" en el Facebook. Necesitando la aprobación de gente que ni siquiera conocen para poder establecer un cimiento de manera a no desmoronarse, ya que carecen de pedestales propios.

     Vemos niñas desnudándose por un "Me gusta", jactándose de sus fotografías donde aparecen con bebidas alcohólicas sosteniéndolas cual galardones, suplicando por seguidores en el Twitter, sin importar el tipo de contenidos que generen, pendientes de que "retwitteen" y favorezcan lo que publican. Estamos tan vacíos por dentro que ni siquiera tenemos claro cuál es la imagen que queremos dar. Tan saturados de sexo y falsas expectativas que los valores dejan de "estar de moda", siendo reemplazados por un falso sentimiento de rebeldía y revolución hasta tal punto que el respeto hacia el semejante llegó a ser una vergüenza. La cultura se limita a unas pocas palabras mal escritas en el vocabulario de cada uno, los temas de conversación se basan en historias de periódicos amarillistas o shows y programas televisivos que masacran la razón y el libre pensar. Moldeamos el cuerpo que pensamos que será eterno, descuidando la mente. Chicas que quieren ser "misses", sin importar de qué y capaces de hacer cualquier cosa para conseguirlo.

     Es tan triste pensar y saber que en todo ese mar de inconsciencia, torpeza, olvido y omisión, hay personas que realmente valen la pena, que reconfortan y ayudan a crecer; pero lastimosamente opacadas por esa corriente tan fuerte que arrastra todo a su paso.
     Perdemos tan fácilmente nuestra libertad...

     Ya lo decía Nietzsche: "Hay que ser basto como un océano para recibir tanta contaminación y permanecer puro".

     Y vos, qué tan popular sos?



jueves, 17 de mayo de 2012

"Hoygan! No se ballan!"



     Navegando un poquito por la red, viendo cómo el mundo celebraba el Día de Internet, me topé con un artículo bastante corto pero muy explícito e ilustrativo que me contaba que el tipo de personas que siempre me molestó, ya tenía un nombre oficial para referirse a ellos en el cibermundo: Los Hoygan. Decía básicamente así:


     "Hoygan es el neologismo que se utiliza para dar nombre a los usuarios de Internet que atentan contra las normas básicas de la ortografía. De ahí su nombre, hoygan, sustituto onomatopéyico de “oigan”, que multitud de veces se ha escrito en foros y comentarios de blogs y páginas webs en frases como: «HOYGAN, necexito alluda urjente con un problemahen bideos de Yutuve k no funsionan». Suelen abusar de las k y las h, así como escribir en mayúscula sus mensajes.

Estas incorrecciones se producen a veces por descuido, y en otros casos por un evidente bajo nivel cultural, que para muchos raya el analfabetismo. Los hoygan son usuarios habituales de foros de Internet."

     Claro que pueden pasar por descuido, todos comentemos errores o dejamos escapar algún que otro caracter o tilde, y no es que ni siquiera me moleste que el nivel cultural de las personas que escriben raye el analfabetismo. Lo que sí me molesta es que no hagan absolutamente nada al respecto para mejorarlo.

     Sin importar cualquier tipo de excusas que pudieran ofrecer a su favor, pienso que si tienen todo el tiempo del mundo para escribir disparates en sus redes sociales, crear carteles personalizados con ayuda de algún soft gratuito y de fácil uso, entre otras cosas; podrían utilizar una enésima parte para culturizarse con la herramienta más potente creada por el hombre que tienen entre manos, que es la Internet.

     Soy un fiel militante del correcto hablar y del correcto escribir, tenemos herramientas que nos ayudan a mejorar o aclarar dudas por todas partes y cada vez más al alcance de nuestras manos. La manera de hablar o escribir es la tarjeta de presentación de una persona, para mí lo es. Y alguien que empiece un mensaje de texto con "a que ora te basa hir?" (de verdad recibí un mensaje así), es merecedor de ir al paredón de fusilamiento.

     Tal vez sea cierto eso de que la Internet hace a los inteligentes más inteligentes y a los tontos más tontos. Y si es así, deberíamos de reconsiderar nuestras prioridades y acciones a la hora de darnos a conocer al mundo con nuestras reveladoras y originales maneras de expresarnos.


Feliz Día de Internet.

martes, 15 de mayo de 2012

200+1

     En conmemoración de un año más de vida independiente, el país se viste de gala con los festejos y alegría popular que se vive en cada rincón del país.

     La capital se engalanó con desfiles, todo tipo de eventos, ferias de sabores, proyecciones mapping por edificios históricos, conciertos y hasta recreaciones de lo que sucedió en la noche del 14 y madrugada del 15 de mayo de 1811.

     Había actividades de sobra para todos los gustos y edades. El patriotismo se sentía. Se respiraba.

     Al dar un pequeño recorrido por las redes sociales, pude ver ambas caras de la moneda, sin embargo.

     Es bien sabido que el país no está pasando por uno de sus mejores momentos, ni económica, ni políticamente. Aún así, es un poco doloroso leer como los mismos compatriotas actúan como detractores de su propia nación, echando pestes a la tierra que los vio nacer y la que las mantiene. Personalmente creo que el cambio que todos queremos ver y sentir es el cambio que todos debemos hacer. No esperar gran cosa de gobernantes, que al final lo utilizamos como una cómoda excusa para criticar y no hacer nada respecto a la situación que nos molesta.

     Es lindo sentir que al menos en ciertas épocas del año podemos unirnos en un sentimiento unánime de patriotismo y esperanza. Ya seas estas generadas por encuentros de fútbol con resultados satisfactorios para nuestra selección o fechas patrias donde conmemoramos lo que logramos hasta ahora gracias a la lucha, el esfuerzo y el sacrificio.

     
Somos un país que va avanzando de a poco, a su ritmo, pero con un cambio positivo que se viene notando y sintiendo cada vez más en las personas y el entorno mismo. Tratemos de seguir los ejemplos buenos de los vecinos a quienes nunca escucharemos hablar mal de sus naciones, independientemente de la situación en la que ellas se encuentren. Porque si ni siquiera nosotros mismo guardamos amor y respeto hacia nuestra nación tan sufrida y sacrificada, mucho menos deberíamos esperar ilusamente que extraños lo hagan.

     Hagamos el cambio que tanto clamamos y queremos. Seamos el cambio. Amémonos y amenos a nuestra nación, que es el cimiento fundamental para vivir en armonía y desarrollo constante.

     Hoy celebramos un año más de lucha soberana de haber adquirido un privilegio que hasta este momento de la historia contemporánea, no todas las personas tienen la satisfacción de disfrutarlo: la libertad.



     ¡Salud, Parguay!